LA DANZA

LA DANZA

jueves, 20 de mayo de 2010

FORMAS DE DANZA



En procesión de marcha

Danza de entrada

Danza de liberación

Danza de festejo

Danza de agradecimiento

Danza de victoria

Danza de alabanza

Danza de unción

TIPOS DE DANZAS

Espontánea: Se realiza libremente, deleitándose delante de la Presencia del Señor.

Profética: Se transmite la Palabra de Dios al pueblo, así como el Señor lo desea y se les ayuda a caminar en las sendas del Señor.

Congregacional: Todo el pueblo se une en un solo cuerpo, en un solo espíritu, adorando y danzando al Creador.

Coreografiada: Demanda tiempo y práctica, por lo cual nos ayuda a adquirir disciplina, logrando danzar en unanimidad.

CARACTERISTICAS DE UN DANZOR

Amar a Jesús

Compromiso

Sensibilidad

Atraer la Presencia del Señor

Sujetarse a la autoridad espiritual

Deseo de servir

Ser un adorador y tenerlo como estilo de vida

Como danzores, somos considerados levitas (sacerdotes)

Corazón puro

Consagrarse a Cristo

Obediencia

Deseo a la excelencia para Gloria y Honra del Señor

¿QUE ES UN DANZOR O DANZARIN?

Un danzor es un servidor a Dios y a los demás, que separa su vida para la obra de Dios. Por ser servidores, nos colocamos en la brecha para abrir los caminos del Señor al pueblo de Dios e interceder por las necesidades de nuestros hermanos. Por tal razón, la preparación y formación de un danzor no solo es el aprender técnicas; sino el conocimiento de la Palabra de Dios y de Sus propósitos.



Antes que nada, un danzor es un ADORADOR, que entrega su vida a Dios, buscando agradarlo y poniendo su mirada en Aquel que lo llamó para edificar Su obra.



"Mas la hora viene y ahora es cuando los verdaderos adoradores adoran al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren" (Juan 4:23).

LA DANZA EN EL ANTIGUO Y EN EL NUEVO TESTAMENTO

Desde la antigüedad, las danzas han sido motivo para la celebración de grandes victorias o la preparación para la conquista de alguna. En Cristo Jesús, tenemos constantes victorias y triunfos sobre nuestras vidas, porque con Cristo somos más que Vencedores.

A través de las Escrituras, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, vemos la presencia de la danza. Por ejemplo:

Antiguo Testamento - (Salmo 149:3) "Alaben Su Nombre con danza, con pandero y arpa a El canten".

Nuevo Testamento - (Lucas 15:25) Parábola del Hijo pródigo: "Y su hijo mayor estaba en el camino y cuando vino y llegó ceca de la casa oyó la música y las danzas..."

MAS SOBRE LOS FUNDAMENTOS DE LA DANZA

Hemos sido llamados para danzar, recibiendo mandato de Dios. "Alabadle con pandero y danza" (Salmo 150:4)

Proclama la Victoria. "... cuando David volvió de matar al filisteo salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando para recibir al Rey..." (Salmo 18:6)

Adoración
"Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová". (2 Samuel 6:14

Liberación y Restauración
"Has cambiado mi lamento en baile". (Salmo 30:11)


Regocijo y Gozo
"...entonces la virgen se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente y cambiaré su lloro en gozo y los consolaré..." (Jeremías 31:13)

EL CORAZON DE UN DANZOR

Para Alabar y adorar a Dios lo primero que debemos entender es el temor de Dios, ya que este es el principio de la sabiduría, “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza” (Proverbios 1:7).

La Palabra de Dios dice que debemos de ser adoradores en Espíritu y verdad, tales adoradores busca Dios (Juan 4:23)., que tengan el conocimiento de por qué y para qué se le adora; buscando más que un conocimiento, su revelación para dar libertad a nuestro espíritu, trayendo primeramente gratitud que nos lleva a alabarle, tener más conocimiento de Dios y como consecuencia la obediencia. Es importante tener temor de Dios, conocimiento de su Palabra y esencial estar en una búsqueda permanente de intimidad con Dios.

La alabanza es la primera manifestación que sale de nuestro corazón. Esta puede surgir de diversas formas. Al principio nuestra alabanza puede ser manifestada con lagrimas o levantando un poco las manos, pero en la medida que le vamos conociendo y teniendo una relación más estrecha con el Espíritu Santo, la gratitud y el amor va creciendo cada vez más, y empezamos a sentir que ya no cabemos en nuestro lugar, ya los brazos no pueden llegar más arriba. Cuando Dios ha hecho un llamado a nuestro corazón para servirle en adoración, el corazón se nos sale y las manos se nos mueven solas, es nuestro espíritu que clama por libertad para adorarle como Él se lo merece, con todo nuestro ser, con todo lo que Él nos ha dado a cada uno para adorarle.

Cuando Dios nos muestra que debemos ser adoradores en espíritu y verdad, se refiere a seamos adoradores con pleno conocimiento de lo qué estamos haciendo y para qué lo estamos haciendo, y esto sólo puede venir de la revelación de parte de Dios a nuestro entendimiento; podemos leer la Palabra, pero es la revelación de dicha Palabra lo que va a darnos esa libertad para adorarle.

No hay más grande amor que el que da la vida por sus amigos (y viene la revelación), Jesús dio su vida por mi; y empezamos a reflexionar que merecíamos la muerte, nuestra vida no era vida en realidad, ya estábamos muertos y Él nos rescata de las garras del infierno y nos da una nueva y abundante vida eterna con Él, nos traslado de tinieblas a luz admirable. Al venir esta revelación a nuestra vida cambia nuestra historia y la de a nuestro alrededor.

Ahora debemos entender algo, cuando le alabamos no estamos retribuyéndole o pagándole de alguna manera lo que Él hizo por nosotros. Hemos sido creados para alabarle, para su alabanza y gloria de su nombre, dice la Palabra, por lo tanto debemos dársela es de Él y para Él fuimos creados, para reconocer su grandeza, su omnipotencia y majestad. Pero no todo ser viviente tiene este privilegio, sólo los lavados con la sangre del Cordero, los que hemos recibido a Cristo y aun mejor privilegio los que le servimos en adoración.

David al danzó con alegría al poseer el arca de Dios. Él llevaba la presencia de Dios a su pueblo y tal conocimiento le dio libertad a su espíritu para regocijarse y saltar de alegría ante la presencia de Dios altísimo. David se olvidó de él mismo, de su posición, de sus ropas, de la gente que tenía a su alrededor; él danzaba y saltaba de alegría, su espíritu se regocijaba, era un momento íntimo entre él y Dios. Así debe ser nuestra alabanza y adoración, un momento íntimo entre tú y Él.

Recordando el texto cuando Jacobo no soltaba al ángel hasta que lo bendijera y era una lucha hasta que el ángel finalmente lo bendijo. Nosotros debemos luchar, cuando estamos en ese momento de intimidad con Dios, no podemos dejar pasar esa oportunidad de estar en su presencia adorándole, exaltándole, rindiéndole gloria y honra, no debemos permitir distracciones, debemos asirnos de su manto, anhelar su presencia. No podemos dejar pasar la oportunidad de ver hecha realidad su promesa “yo habito en la alabanza de mi pueblo”.

A Dios se le adora con todo nuestro ser, con o sin instrumentos, con un corazón contristo y humillado, con regocijo, con danzas, saltos, cánticos, ¡con todo!.

LA SANTIDAD DE UN DANZOR

Como conformamos parte de un ministerio (de alabanza) es importante aclarar que: Dios es el que llama, el Hijo el que redime y el Espíritu el que santifica. La palabra dice sed santos (I Pedro 1:15-16). Como adoradores de Dios, lo primero de debemos poseer es un traje de ministración, no me refiero a un vestido que debemos usar, si no a una cobertura que es la que el pueblo de Dios debe ver y que es la que debe ministrarles (servirles), un traje de santidad. La palabra de Dios muestra la santidad de varias formas: en los idiomas bíblicos originales las palabras "santificar" y "santo" tienen el significado básico de separado para Dios. Cuando la santificación es de personas (lo que afirma que los objetos, en nuestro caso instrumentos o armas de ministración, deben ser santificados) hay implícito un doble significado: que los creyentes son eternamente separados para Dios por la redención de Cristo (He 10:10) así que los creyentes son santos desde el momento en el que creen. Y en cuanto a sus experiencias los creyentes están siendo santificados por la obra del Espíritu Santo y a través de la voz de Dios (la Biblia) (Jn. 17:17; 2 Co. 3:18; 1 Ts. 23-24).


Es importante recordar que hemos sido elegidos por determinación de Dios, a estar en el ministerio de danza (Dt. 21:5; Dt. 7:6) y para realizar una tarea especifica (2 Ts. 2:13). Esta elección y esta santificación que Dios quiere con los que le creen, es para obediencia del evangelio de Cristo, cosa que no es una opción, puesto que ese es el fin y el propósito del mismo, la santificación (Dt. 30:19). Lo que nos muestra, que como adoradores no podemos ser santos solo a la hora de ministrarle al pueblo de Dios, si no que esto es una actitud diaria y constante porque no somos adoradores solo en los servicios o danzarines solo cuando ahí una alabanza en la iglesia o en algún evento. El ser adorador es un compromiso hecho con Dios, perpetuo y conlleva a adorar a Dios en todo momento no solo con las danzas si no con nuestro estilo de Vida. Por esto tratamos el tema de la santidad, porque como ministros y sacerdocio escogido por Dios, debemos expresarnos con un estilo de vida propio de un adorador (rindiéndole alabanza y adoración al Rey, no solo con las danzas si no con cada movimiento o cosa que hagamos con nuestras vidas)


La obra de la santificación ha comenzado en cada uno de nosotros los creyentes, aun desde antes de nuestra conversión (2 Ts. 2:13), pero luego de que aceptamos a Cristo somos llamados a la obediencia del evangelio como ya lo dije anteriormente.


Ya que sabemos como la Palabra expone la santidad y cuando y como viene a nosotros, un punto muy importante de este tema es como aplicarla o como llegar a ser realmente santos. La santidad implica muchos aspectos y en nuestra vida, en realidad los abarca todos. Cuando somos santos no tenemos pecado. La santidad no es no pecar como algunos piensan: "si no peco y soy santo". Esta es una manera errada de pensar. El no pecar es una consecuencia de la santidad. Si soy santo, no tengo pecado y si no tengo pecado, me puedo acercar a Dios y el me podrá usar para la tarea de ministrar (servir) al pueblo. La santidad es una consecuencia de una serie de acciones y principios, y uno de ellos es el temor a Dios. Pero esto solamente, no me llevara a ser santo, por qué ¿Cómo puedo llegar a ser santo si no se que hacer? La respuesta es simple, alimentándonos espiritualmente con la Palabra (Dt. 8:3).


Al alimentarse de la Palabra, cada versículo, uno lo lee, lo analiza, trata de ver como aplicarlo a su vida y con fe cree que es la voz de Dios que le esta hablando para ayudarlo a llegar a la santidad, y para que a su debido tiempo, pueda soportar su gloria. Porque ese es su deseo y la finalidad de la santidad. Al ser apartados para Dios, es para estar con Él, para que podamos ver su gloria y soportarla. Y un ejemplo claro de lo que pasa cuando no tenemos el nivel de santidad que Dios nos demanda, lo vemos en Éx. 20:18-19. Dios quiere que anhelemos poder habitar en su gloria y que podamos vivirla, porque antes en el antiguo testamento, vemos que su gloria se manifestaba en los templos, pero ahora nosotros somos el templo viviente del Espíritu Santo (1 Co 3:16-17; Ef 2:21-22) y ahora su gloria se ha de manifestar en nosotros, por eso el desea que le temamos, porque sin temor a Dios no hay santidad. El verdadero temor a Dios es ese sentimiento de respeto y amor, muy grande que se tiene por Él, que te lleva a no pecar y donde no ahí pecado su presencia puede habitar y manifestarse libremente. Dios desea que podamos habitar en su presencia y Él habita en medio de la alabanza de su pueblo y como adoradores debemos de llegar a su presencia con alabanza (Sal. 95:2) y debe ser esto lo que ministre al pueblo, la presencia de Dios reflejada en nosotros y todo lo que esto conlleva (el gozo, la gloria, la majestad, la santidad, y todo lo que produce la manifestación de su presencia). Y Moisés declara esto en el versículo siguiente (Ex 20-20). Porque si le tememos a Dios, anhelamos su gloria, y alejamos el pecado, pero si no le tememos, le tendremos miedo a su gloria. Si queremos temer a Dios, guardar sus mandamientos (Ec. 12:13) y que esto nos lleve a una vida de santidad, debemos saber como, y es allí donde aparece el papel, de de la palabra de Dios, ¡nuestra guía!


En medio de la santidad, el temor de Dios y ministrarle al pueblo Su presencia, se encuentra uno de los factores mas importantes de nuestra vida, no solo como adorador, si no como creyente, la fe, la cual debe ser lo suficientemente fuerte para poder soportar estas cosas de las que hemos estado hablando asta ahora. Debemos ejercitar nuestra fe muy a menudo (vivir por fe Hab. 2:4) y creer en la autoridad que Dios nos ha otorgado como adoradores (la falta de santidad trae falta de autoridad) y creer que somos capases de cumplir lo que el señor nos manda, porque este no es un ministerio común, si no uno en el que realmente se evidencia lo ilógico de Dios y lo inusual de las cosas que el señor ha preparado para que las realicemos (1 Co. 2:9) y por no poder vivir una vida creyendo en las cosas ilógicas de Dios y poniendo nuestra confianza, vergüenza y hasta el temor de hacer lo que nos mande (una vida de fe), no podremos llevar una vida de santidad.


Otro factor sumamente importante no solo para una vida de santidad, si no para el ministerio en si, es la oración. Como adoradores de Dios y como un ministerio que le alaba, la oración debe ser otro de los pilares fundamentales. Tener una estrecha relación con Dios, forma parte de nuestra vida tanto de fe como de santidad y como creyente de un evangelio de salvación. Y es mediante la oración que le podemos pedir al padre que nos ayude y nos de fuerza para poder alcanzar, comenzar y mantener una vida de santidad (Lc. 11:9-10). Y de esta misma manera es como nos revela los planes y cosas que nos tiene preparados en todos los aspectos, tanto a nivel de ministerial, como en nuestra vida diaria (recordando que nuestra vida como adorador, debe ser de completa alabanza para Él)


Y para concluir, lo importante para Dios es nuestro corazón y el anhelo que tengamos por Él y por alabar su nombre, por eso Él busca la santidad real, no el simple hecho de no pecar sin siquiera saber porque lo hago, el quiere una santidad y alabanza de corazón, porque así podremos tener una vida como Jesús, y es importante que hagamos esto porque, nosotros reflejamos a Cristo con nuestro testimonio, por eso "Si queremos que Dios se vea santo, como en realidad lo es, debemos nosotros ser santos" porque como ya les dije, nuestra labor no termina al terminar un servicio, debemos de ministrarle al pueblo en todo momento con nuestro traje de santidad siempre puesto.


Como sugerencia para este tema, se pueden realizar análisis del salmo 15 dado que tienen mucho que ver con este tema.


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¿COMO SE FORMA UN MINISTERIO DE DANZAS?

Dios siempre levanta al líder que dirigirá, a los líderes de apoyo y los miembros del ministerio; para ello debe haber sujeción absoluta al pastor, sin su aprobación no se puede levantar un ministerio, aún cuando tengamos el sentir o el llamado de Dios.

Es esencial la oración e integridad, tanto del líder como de los miembros, pues Dios será quien irá añadiendo cada miembro, pueden ser muchos los que quieran integrarse, pero será Él quien elija, por eso hay que estar en una comunicación constante con el Altísimo. Ya dentro del ministerio, es muy importante que sean instruidos en la Palabra antes de ministrar, eso va a llevar un tiempo (tiempo que permitirá al líder darse cuenta de sus frutos, de su carácter y de la motivación de su corazón). El adorador debe tener un corazón moldeable humilde y obediente.

Es importante, que una vez que se haya iniciado el ministerio, tener juntos un tiempo de enseñanza, oración y ensayo (preparación física). En este tiempo el grupo debe luchar por aplicar cada principio que esta aprendiendo, para que Dios obre en sus corazones. No es fácil ir venciendo nuestra naturaleza vanidosa, egocéntrica, temerosa e insegura, pero si estamos claros que Dios está interesado en moldear nuestro carácter, sabemos que todo obstáculo o adversidad serán para que nuestro corazón sea transformado para su servicio, hasta llegar a ser a la estatura del varón perfecto que es Jesucristo. Debemos permitir que Dios quite todo lo que estorba. Debemos luchar cada día por morir al “yo”, buscando anhelante su rostro y hacer su voluntad; esas son características de un adorador que anhela su presencia y esto requiere un esfuerzo.

La responsabilidad, la puntualidad, el compromiso y la actitud ante la exhortación, revelará al líder el carácter y la disposición del adorador; por tal motivo se debe hacer gran hincapié en ello, pues esto es importante para formar adoradores responsables y de excelencia, que servir al Señor con honra como Él se lo merece.

Dentro del grupo es vital ir descubriendo los dones y aptitudes de cada miembro. Cada uno tiene que desarrollar la función a la que ha sido llamado, independientemente de la adoración. Por ejemplo, algunos tendrán la habilidad de llevar la administración, otros formarán parte de la intersección, otros tendrán el discernimiento para crear los trajes e instrumentos dados por el Señor, etc.; no se debe olvidar que son un equipo y que todos se necesitan mutuamente, pues en la unidad está la victoria.

El grupo debe reconocer la importancia de que su llamado es divino y no de hombres. Por lo cual se debe caminar en santidad dentro y fuera de la iglesia, y la comunión intima con el Espíritu Santo debe ser la meta diaria para hacer su voluntad, esto es un honor y un gran privilegio.

Dios dará al líder la visión y las pautas a seguir. Los demás miembros aportan ideas, participan al líder sus opiniones, palabras proféticas e inclusive sueños, pero cada miembro debe tener claro que las decisiones serán tomadas por el líder; pues Dios respalda su llamado y su posición ante el grupo, y es Dios el que confirmará en su corazón que debe hacer; aunque se equivoque, Dios será el que trate directamente con él, así que los miembros no deben molestarse; la actitud correcta es orar en amor y pedirle a Dios que obre y, por ningún motivo, guardar rencor o resentimiento, pues esto detendrá el fluir del Espíritu en su vida y en el grupo, dándole cabida al enemigo.

Siempre se debe dar libertad al Espíritu, pero con orden. Dios es un Dios de orden, la libertad que viene del Espíritu debemos cuidar que no sea confundida con nuestras emociones, por eso el estar atentos al líder cuidará que no halla confusiones. Recuerde que toda autoridad es puesta por Dios; la gloria es de Dios y para Dios. Nadie es indispensable para que la obra de Dios se haga. El mover profético nadie lo puede detener, por ello es importante que cada miembro entienda que tiene una función específica e importante en el grupo. Dios no hace acepción de personas, Él no ve la habilidad sino el corazón del hombre, ahí es donde cada día debe permitir que Dios lo moldee.

LA IMPORTANCIA DE LA DANZA



Cuando danzamos nos movemos siendo guiados por el Espíritu Santo. Dios inicio el ministerio de la Danza desde el principio, pues el Padre hablaba y el Espíritu profetizaba moviéndose sobre la faz de las aguas, sus movimientos afirmaban sus palabras.

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas” (Génesis 1:1-2).

Dios y el Espíritu Santo son uno, por eso estamos llamados a ser uno en Él para ser sensibles y obedientes a su voluntad; reconociendo su gloria será vista a través del Padre, y reconociendo como siervos humildes nuestra dependencia total de Él.

Cuando los dones se ponen en práctica en la Iglesia, espiritualmente, hay un orden, porque es el Espíritu Santo es el que guía a las personas. Es tan importante este ministerio que Dios mando a su Espíritu que se moviera, que danzara en el momento que Él ordenaba la tierra.

Nuestro propósito es adorar

Uno de nuestros propósitos es adorar a Dios, pero muchos no saben como hacerlo y piensan que tan sólo es con palabras lindas o cantando. La Palabra nos enseña diversas formas de hacerlo, el Salmo 149 es una exhortación al pueblo de Israel para que alabe a Jehová, “Cantad a Jehová cántico nuevo; su alabanza sea en la congregación de los santos. Alégrese Israel en su Hacedor; los hijos de Sion se gocen en su Rey. Alaben su nombre con danza; con pandero y arpa a él canten. Porque Jehová tiene contentamiento en su pueblo; hermoseará a los humildes con la salvación. Regocíjense los santos por su gloria, y canten aun sobre sus camas. Exalten a Dios con sus gargantas, Y espadas de dos filos en sus manos” (Salmo 149:1-6).

Al comienzo del Salmo dice “Cantad a Jehová cántico nuevo”, esto nos habla de ser espontáneos para expresar esa alabanza, y dejarse llevar a su presencia. El versículo 3 nos expresa la danza como una forma de alabanza acompañada del pandero y arpa. Así que la danza, las voces, los instrumentos, son parte de la alabanza y adoración al Señor. Asimismo, el Salmo 150 termina el libro de la alabanza dándonos la manera de alabarle:

“Alabad a Dios en su santuario; alabadle en la magnificencia de su firmamento. Alabadle por sus proezas; alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. Alabadle a son de bocina; alabadle con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con címbalos resonantes; alabadle con címbalos de júbilo. Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya”.


Nuestra alabanza y adoración hace que Dios descienda en medio de sus hijos, ¡que privilegio!. Si imaginamos por un segundo como es la alabanza y la adoración en el cielo, los ángeles, querubines, serafines, etc., adorando a nuestro Dios incesablemente con coros increíbles, voces angelicales, instrumentos aún desconocidos por nosotros; sin embargo, cuando Dios escucha nuestra alabanza y adoración, manda hacer silencio y no contento con eso desciende, les deja para ir a deleitarse con sus hijos, su creación.

Así que todo lo que sentimos cuando le adoramos y todo lo que hacemos, ya sea con nuestras voces o con el movimiento de nuestro cuerpo (Danza), es para agradarle a Él; para honrarlo, para poder expresarle cuanto le amamos. Cuando su presencia está en medio nuestro Él sana, libera, restaura, redarguye; su sola presencia basta para que milagros comiencen a ocurrir. Pero para que esto ocurra, debemos anhelar esa presencia. No podemos ser indiferentes cuando le adoramos, nuestras bocas se deben de abrirse, como la de eso pequeños niños cuando intentan llamar la atención de sus padres, así también desear que su mirada que se fije en nosotros.

La danza, con cada movimiento invita al pueblo a expresar con libertad lo que siente por Él. No podemos sentir vergüenza de levantar nuestras manos ante Él, de postrarnos si es necesario, debemos ser sensibles a lo que el Espíritu Santo demanda de nosotros cuando estamos en su presencia. Un ejemplo bíblico lo encontramos lo encontramos en 2 Samuel capítulo 6 versículo 14: “Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino”; y en el versículo 16: “Cuando el arca de Jehová llegó a la ciudad de David, aconteció que Mical hija de Saúl miró desde una ventana, y vio al rey David que saltaba y danzaba delante de Jehová; y le menospreció en su corazón”.

El arca era símbolo de la presencia de Dios y David se regocijo, literalmente, ante el. Danzaba en círculos y Mical le menosprecio. Muchos, tal vez, hasta puedan llegar a burlarse de nosotros aun siendo de nuestra propia familia, pero debemos tener claro para quien danzamos. La respuesta de David ante la acusación de su esposa fue que él danzaba delante de Jehová y para Él (2 Samuel 6:21). A nuestro Padre le agrada que le expresemos nuestro agradecimiento y amor a Él, pues, la única manera de agradecer todo lo que ha hecho por nosotros es a través de nuestra alabanza y de nuestra obediencia, honrándole en todo cuanto hagamos. David ha sido conocido y será recordado como Dios dijo: un hombre con un corazón conforme al mío.

LA DANZA

La danza es una coordinación estética de movimientos corporales. Es el teatro no hablado.
Es una forma de expresar nuestros sentimientos y emociones a través de gestos finos, armoniosos y coordinados.
Es la transformación del esfuerzo en gracia.
Estudiar danza es aprender el lenguaje no verbal.
Es uno de los pocos artes donde nosotros mismos somos el material. Es un arte bello, expresivo y emocionante.
Es una creación de belleza y es valedera por si misma, como obra bella.
Es mágica en muchos aspectos, tanto para los que disfrutan con su contemplación, como para los que viven y trabajan en su mundo, así se refería una de sus más grandes exponentes…Margot Fonteyn de Arias.
Como toda expresión de arte es un lenguaje universal, lo que la hace comprensible en todos los niveles.

EL FUNDAMENTO BIBLICO DE LA DANZA



La danza sin duda, es bíblica. Es un medio muy importante de expresión de adoración - reconocimiento.

La base la obtenemos del Salmo 149 verso 3, "Alaben su nombre con DANZA; con pandero y arpa a él canten".

Como seres humanos fuimos creados para adorar - "todo lo que respira alabe a Jehová" (Salmo 150:1).

Encontrar a quién adorar es una necesidad humana, lo vemos en las diversas religiones que hay en el mundo, una búsqueda constante del ser humano por tener un dios, un ser espiritual supremo a quien exaltar.

Pero para nosotros, los que hemos creído en Jesús conocer y entender el cómo debemos adorar es una prioridad. Nuestra necesidad para los que hemos recibido el llamado para Servir se convierte en desarrollar una pasión por adorarle que debemos profundizar para alcanzar la excelencia.

¿Motivos suficientes para adorar - danzar?, si, muchos; pero dos son los elementales:
1) Él nos amó primero, desde antes de la fundación del mundo.
2) Dios se entregó a sí mismo como sacrificio en la Cruz del Calvario y resucitó al tercer día.

Entonces, para desarrollar una adoración a Dios genuina y real nos valemos de las siguientes herramientas para expresarle nuestro amor y agradecimiento: La Danza y el uso de los instrumentos musicales (panderos, banderas, arpas, etc).

Nos dice el verso 4 del Salmo 149 "porque Jehová tiene contentamiento en su pueblo". Cuando tu le adoras con el talento que te ha regalado en esta vida Él se alegra, se complace en ti y se goza en que se lo dediques a Él. El punto central es que debemos hacerlo bien, preparados con todo nuestro ser - espíritu, alma y cuerpo - para producir el efecto que se requiere.

Debemos estar "preparados para toda buena obra" -2a Timoteo 3:17 - para ir y hacer lo que Él quiera en nosotros siendo útiles.

La Danza es el medio perfecto para expresarle a Dios con nuestros miembros nuestra alabanza. Es un arte que en el ámbito cristiano provoca gozo en la congregación, anima, que restaura y contagia alegría.

Preparados significa también:
1. Tener las posturas correctas en nuestro cuerpo / conocimiento técnico.
2. Hacerlo con el entendimiento. Comprender el porqué y el para qué lo hago.
3. Entender que desde los tiempos bíblicos la danza era usada para acompañar momentos de alegría (fiestas, reuniones) y el día de hoy en nuestras congregaciones para celebrar a Jesús.
4. Desarrollar nuestro talento al máximo. Ensayar constantemente.

Con la Danza y la alabanza enfocada a un objetivo también hacemos Guerra Espiritual - "para ejecutar venganza entre las naciones, castigo entre los pueblos" - Salmo 149 7.

Si sumamos la santidad, el conocimiento histórico, bíblico, técnico y práctico de la danza provocaremos con nuestra alabanza cambios muy importantes en el ámbito espiritual que serán reflejados en el ámbito físico.

La Danza es bíblica, respaldada por Dios. La Danza enfocada a la alabanza es poderosa y genera cambios relevantes a favor nuestro.

Ministerio de Danzas
´´El Shaddai´´

Bienvenidos todos los que visiten este blog.Espero que sea de bendicion para todos aquellos que les gusta la danza.Deseo que aca puedan encontrar la informacion que necesitan para enriqueser su ministerio. Dios me ha bendecido pudiendo crear este blog para poder formar hombres y mujeres en danzores para Dios. Creo y espero que cada material que exponga en este blog va ha ser bendicion para ustedes.Soy un joven que Dios le dio el privilegio de ser ministro suyo.He querido dejar de hacer esto en dos ocaciones, pero Dios me hizo entender que este es Su proposito en mi vida. Yo estudie danza en una escuela de artes cristianas durante medio año, les cuento que aprendi mucho aqui y que ademas cuando deje de estuddiar aqui comence a estudiar en una Iglesia que enseñaban gratis.Nosoy profesor de danza, pero estudie muchisimo paara ser un danzor. En este blog pondre maaterial de danza, pandero, banderas, manto, heraldo, pañuelos, anillos de gloria,cintas estandarte,ect. eespero que sea de utilidad para ustedes.Por cualuier duda mandemen un mensaje a este correo ministeriodedanzascristianas@gmail.com . Dios los colme de Su bendcion y gracia. Me olvide contarles que tengo un ministerio de danzas que se llama EL SHADDAI.

PREPARENCEN PARA DANZAR!!!!!